domingo, 15 de março de 2009

La ultima palabra

La última palabra

Quería elegir La Última palabra. No sería necesario ser la más bella del mundo o simplemente la más hermosa contenida en este pequeño universo que yo dispongo. Pero para mí es necesario esta elección, así como algo idiosincrásico.
Es muy sencillo escribir cuando se forma parte de la historia en que se está escribiendo además también creo que la presencia de la mujer en cualquiera texto que sea, lo deja más sígnelo, sin embargo al alrededor de la palabra mujer a mí me gusta poner quiero. Querer no es pecado. Alias el pecado es una construcción judaico-crista, religión en que despresa la presencia femenina.
Hay algunas palabras y también algunas mujeres que cuando las oigo o veo… mi corazón vive un extrañamiento. Por las ventanas de mis sentimientos salí de vacaciones la razón y mi corazón se eterniza en un eterno latir. Por Dios que me quedo enamorado! En este momento me olvido de que estoy solamente procurando la última palabra para concluir este texto.
El desarrollo solo se hace bueno cuando antes de todo cuida de la belleza de las mañanas venideras, pues las leyes no hace esto, solamente las personas, alias como han dicho el magnífico poeta Carlos Drmmond de Andrade “de las leyes no nacen los lirios”. Esta belleza, que está plasmada en los ojos de los que creen, me muestra que a pesar de todo, los desamores en algunos corazones muertos vale vivir con los sueños de los corazones vivos el fulgor de las mejillas felices y que es las risas de estos que ofusca el otro.
Hasta ahora no logré éxito en esta tentativa de selección de la última palabra para componer este pequeño texto. El ultimo siempre pasa la idea de fin, de muerte, de algo que está se acabando pero hasta en estos momento no me olvida la importancia de follar, por dos simple motivo: garantiza la vida para otros e da placer para quien lo hace.
Bueno, ahora en que las palabras que yo tenía llega al fin voy elegir la ultima, pues otras ya no forma parte de mi diccionario. Entonces diré que entre la grandeza helada de la luna y la belleza muerta de las estrellas veo cosas que me muestra que la vida vale la pena, antes mismo del amanecer, mismo porque como han dicho Fernando Pessoa: “mi alma no es pequeña”.
Por lo tanto, es necesario que observemos que por la noche no es necesario esperar el amanecer para vivir. En ella hay mucha belleza en que se disfrutar y esta palabra elijo para ser la última palabra. Viva la noche!

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